YURI: Soy como quiero que me vean.

Sus padres lo llaman por su nombre de pila, Pedro, y no lo pueden hacer de otra forma aún cuando lo vean como mujer externamente. En la caleta Caramucho ubicada a 60 kilómetros de Iquique nos encontramos con Yuri, una persona seria, reposada y respetada por lo comunidad de pescadores artesanales. Sin problemas accede a la entrevista y a la sesión fotográfica, producción que conjuga su feminidad con el mar, los faluchos y huirales (1) que juntan sus habitantes para vender y sobrevivir. Nos sentamos a conversar en el antejardín de la casa que esta lleno de distintas variedades de cactus, plantas y peces disecados, mientras dos tortuguitas nadan en una piscina de plástico y el sol de mediodía realza las olas del mar que colorean los botes amarrados en el muelle.

Me llamo Pedro Pizarro Torres, tengo 42 años, soltera y trabajo acá en la playa me dedico a atender el negocio de mi hermano y sacando huiro, lo único que queda ahora (en el mar), en las tardes por hobby me voy a mariscar, a bañarme, una vida relajada. Termine Cuarto Medio y después saque un titulo técnico profesionales.

¿Vestirte de mujer, es una necesidad, un gusto, o un placer?

Cuando una se viste por primera vez de mujer, y se ve mejor que una mujer, ese es el reflejo que te queda, te gusta como te veis de mujer, entonces empezai a vestirte más seguido, día y noche vestido de mujer, uñas pinta y regia siempre.

¿Hay entonces algo interno también?

Si, desde que uno nace, uno nace para ser mujer, es como una mujer en cuerpo de hombre.

¿Es ese tu caso?

Si, yo estoy en un cuerpo de hombre y el hombre que tengo lo tengo bien enterrao, está bien adentro mío, ¿no se nota?.

¿Cuándo fue la primera vez que te vistes de mujer?

Me vestí de mujer a los 24 años.

¿Un largo tiempo?

Claro, primero me centré en sacar mi profesión, darle la satisfacción a mis padres, tenía que darle la satisfacción, ¿a que padres no le gusta que sus hijos tengan sus estudios y, sean alguien en la vida? Trabaje dos años en mi profesión, hice mi practica, seguí trabajando contratado, me fue bien gracias a Dios.

¿Eres Contador?

No, soy Técnico en Control de Calidad, después hice otro curso de Seguridad Industrial.

A los 24 años te vistes de mujer…

Si, a esa edad decidí lo que yo quería en mi vida, empezó a gustarme ser mujer y todo lo que significaba eso. No estaba acá (en Iquique), estaba en La Serena, me iba al departamento que tenia en Santiago, allá salía vestida de mujer y pasaba piola que es lo principal.

¿Cuándo llegas a Iquique, qué pasa?

Acá en Iquique me enamoré por primera vez de un hombre puh, nunca había tenido relaciones con hombres, si con mujeres.

¡Ah, ya!.

Había tenido polola, uy me seguían las mujeres, del Liceo de Niñas, de la Técnica, del Comercial, Maria Auxiliadora, ¿sigo contando?, Trinity College, American College, Atenea.

¿Ah, bien pololo entonces?

Claro, y la vida tu sabi como da vuelta, uno nunca sabe y me he encontrado con niñas que habían sido mis pololas y hemos conversado todo y normal. Ellas ahora entienden como es la vida, son personas profesionales. Para mi un profesional entiende lo que es la vida, también sus altos y sus bajo, todo eso puh.

¿Vuelves entonces a Iquique?

Y trato de hacer mi vida normal, como mis padres me conocieron.

¿Hombre?

Claro, pero con el tiempo me enamoré de otro joven que estaba acá en la caleta y ahí quedó la grande puh, él le dijo a mi papá que estaba conmigo y toda esa onda… con ese dure como doce años.

¿12 años?

Si, doce. El me daba permiso para salir, para ir a bailar, ya empecé a vestirme de mujer de frente, así conocí a la Yorka, al Tito y a una montonera de travestis. Siempre mi vínculo fueron los travestis que de mujer trabajaban en el ambiente o que trabajaban en las boites. También yo trabaje en el “Antoine”, en “El Crucero del Amor”.

¿Trabajaste haciendo que?

Bailando, de bailarina. La entrevista completa se encuentra enn el libro.

(1) El huiro se exporta al extranjero para productos cosméticos y otros derivados.