El camarín de Damir esta revuelto y desordenado debido a que hace pocos días atrás trabajó y carpintereó en crear el nuevo escenario y preparar el espectáculo para el evento de re-inauguración de la disco donde actualmente trabaja y vive -en un trailer ubicado- en un patio interior del recinto.
A ver… tengo 23, empecé a los 14 años, pero supuestamente tenía más de 14 (?), había conocido unos amigos de Santiago que hacían transformismo, -como que ellos siempre hacían “beneficios” (1)-, con tacos altos y cosas así, eran súper entretenidos, siempre los iba a ver. Un día me dijeron que porque no me vestía de mujer para apoyarlos en un beneficio, ellos me vistieron de mujer. Me hacia pasar por mayor de edad, o si no, no podía salir después con esa misma pinta. Participé en un concurso, salí segundo lugar y Miss Simpatía, de ahí seguí haciendo show pero como árabe.
El nombre de Alaila Hadad es por que me gustaba el cuento del ambiente árabe y todo eso. Un día fui a comprar a una Feria Persa, -donde estos minos árabes-, le compré unos accesorios y él llamó a su hija que se llamaba Alaila, me gustó el nombre y me lo dejé, lo de Hadad es por ser un apellido algo más conocido, nada más.
¿Has trabajado haciendo transformismo en distintas partes de Chile o solamente acá?
No, no solamente acá. Antes trabajaba en Santiago, lo que pasa es que yo trabajaba en beneficios con amigos, esos pá la prevención del SIDA, eran como cosas súper, eran en casas, después estuve como un año sin hacer transformismo y me empecé a dedicar a la parte masculina, o sea empecé a hacer show como hombre, primero en el Bocara, eran unos “Show Hot” y todo ese cuento. Luego me aburrí de esa guea y me volví a vestir de mujer. Asi trabajé un año como mina y al otro año de hombre.
¿De hombre, cómo vedetto?
De vedetto no, sino que hacíamos show de “sexo en vivo”, ensayábamos horas y horas un show más que nada de poses sexuales, en eso yo me ganaba la vida. Tenía todos los pitutos santiaguinos en los bares gay, estuve como dos años dedicándome a eso, -dos años y medio- y luego empecé fuerte a vestirme de mujer. Entre en una depresión, dejé vestirme de mujer, regalé algunas cosas, -como que quemé el personaje- y me vine a Calama donde conocí a mi pareja. ¡Ya llevamos cuatro años! (acota), mi pareja de nuevo empezó a decirme porque no hacia show y etcétera. Hice show en una disco de Calama -como que volví entonces con el personaje- , me vine a Iquique a trabajar al Budha Bar -que era el cuento gay acá- y trabajé atendiendo las mesas en ropa interior (masculina), nada que ver con la mujer, -de hecho nadie sabia que yo hacia show-.
La verdad, no me gusta contar a la gente que hago show y cosas así. No me gusta hacer mezclas entre yo y mi personaje, ¡me carga!, pero se dio que una vez faltaron las artistas y para salvar el show le dije a la dueña -¡yo te hago el show!- le hice el show y quedé siendo la anfitriona de ese local. Ahí me parece que estuve más o menos como dos años. Luego me hicieron una propuesta y me fui para Arica allá, estuve casi los dos en el “Tunick” -cuando recién estaba empezando- ahí fue entretenido. Así he ido con lapsos con el personaje, por eso no puedo decir que desde los catorce años siempre me haya vestido de mujer. Lo que pasa es que la experiencia en el maquillaje, en todo este cuento a uno lo va agarrando… a mi me gusta mucho, miro revistas, busco cosas novedosas, busco estilos y los hago por que mis show son de transformismo.
Mi personaje, la Alaila Hadad es una mina rubia, de pelo largo, super loca, totalmente diferente a una mujer normal, me visto con cosas que no usarían las mujeres, el mismo maquillaje es muy diferente, -ese es mi personaje de mujer Alaila Hadad-, saldrá dos o tres veces que son los días que solamente tengo que animar y las otras veces hago siempre caracterizaciones, personajes distintos. El fin de semana me toco pesado, hice de Edith Piaf luego una cuestión árabe, después de una mujer como de 60 años y el día domingo hice de hombre, tuve que buscar pelucas, ver los maquillajes, etc. he hecho de Marilyn Manson… a Boy George nunca lo he hecho, no lo he estudiado. Para hacer a algún personaje -como el cuento de la Edith Piaf- veo las películas, el cuento de su estilo, su gestos, como hacerme arrugas en la cara, porque ella en esa película (La Vida en Rosa) tenía como 40 años, estaba super vieja por sus problemas con drogas, todas esas cosas y los años se le vinieron encima, -fue difícil caracterizar a una mujer de 40 pero que parecía de 60-. La entrevista completa se encuentra en el libro.
A ver… tengo 23, empecé a los 14 años, pero supuestamente tenía más de 14 (?), había conocido unos amigos de Santiago que hacían transformismo, -como que ellos siempre hacían “beneficios” (1)-, con tacos altos y cosas así, eran súper entretenidos, siempre los iba a ver. Un día me dijeron que porque no me vestía de mujer para apoyarlos en un beneficio, ellos me vistieron de mujer. Me hacia pasar por mayor de edad, o si no, no podía salir después con esa misma pinta. Participé en un concurso, salí segundo lugar y Miss Simpatía, de ahí seguí haciendo show pero como árabe.
El nombre de Alaila Hadad es por que me gustaba el cuento del ambiente árabe y todo eso. Un día fui a comprar a una Feria Persa, -donde estos minos árabes-, le compré unos accesorios y él llamó a su hija que se llamaba Alaila, me gustó el nombre y me lo dejé, lo de Hadad es por ser un apellido algo más conocido, nada más.
¿Has trabajado haciendo transformismo en distintas partes de Chile o solamente acá?
No, no solamente acá. Antes trabajaba en Santiago, lo que pasa es que yo trabajaba en beneficios con amigos, esos pá la prevención del SIDA, eran como cosas súper, eran en casas, después estuve como un año sin hacer transformismo y me empecé a dedicar a la parte masculina, o sea empecé a hacer show como hombre, primero en el Bocara, eran unos “Show Hot” y todo ese cuento. Luego me aburrí de esa guea y me volví a vestir de mujer. Asi trabajé un año como mina y al otro año de hombre.
¿De hombre, cómo vedetto?
De vedetto no, sino que hacíamos show de “sexo en vivo”, ensayábamos horas y horas un show más que nada de poses sexuales, en eso yo me ganaba la vida. Tenía todos los pitutos santiaguinos en los bares gay, estuve como dos años dedicándome a eso, -dos años y medio- y luego empecé fuerte a vestirme de mujer. Entre en una depresión, dejé vestirme de mujer, regalé algunas cosas, -como que quemé el personaje- y me vine a Calama donde conocí a mi pareja. ¡Ya llevamos cuatro años! (acota), mi pareja de nuevo empezó a decirme porque no hacia show y etcétera. Hice show en una disco de Calama -como que volví entonces con el personaje- , me vine a Iquique a trabajar al Budha Bar -que era el cuento gay acá- y trabajé atendiendo las mesas en ropa interior (masculina), nada que ver con la mujer, -de hecho nadie sabia que yo hacia show-.
La verdad, no me gusta contar a la gente que hago show y cosas así. No me gusta hacer mezclas entre yo y mi personaje, ¡me carga!, pero se dio que una vez faltaron las artistas y para salvar el show le dije a la dueña -¡yo te hago el show!- le hice el show y quedé siendo la anfitriona de ese local. Ahí me parece que estuve más o menos como dos años. Luego me hicieron una propuesta y me fui para Arica allá, estuve casi los dos en el “Tunick” -cuando recién estaba empezando- ahí fue entretenido. Así he ido con lapsos con el personaje, por eso no puedo decir que desde los catorce años siempre me haya vestido de mujer. Lo que pasa es que la experiencia en el maquillaje, en todo este cuento a uno lo va agarrando… a mi me gusta mucho, miro revistas, busco cosas novedosas, busco estilos y los hago por que mis show son de transformismo.
Mi personaje, la Alaila Hadad es una mina rubia, de pelo largo, super loca, totalmente diferente a una mujer normal, me visto con cosas que no usarían las mujeres, el mismo maquillaje es muy diferente, -ese es mi personaje de mujer Alaila Hadad-, saldrá dos o tres veces que son los días que solamente tengo que animar y las otras veces hago siempre caracterizaciones, personajes distintos. El fin de semana me toco pesado, hice de Edith Piaf luego una cuestión árabe, después de una mujer como de 60 años y el día domingo hice de hombre, tuve que buscar pelucas, ver los maquillajes, etc. he hecho de Marilyn Manson… a Boy George nunca lo he hecho, no lo he estudiado. Para hacer a algún personaje -como el cuento de la Edith Piaf- veo las películas, el cuento de su estilo, su gestos, como hacerme arrugas en la cara, porque ella en esa película (La Vida en Rosa) tenía como 40 años, estaba super vieja por sus problemas con drogas, todas esas cosas y los años se le vinieron encima, -fue difícil caracterizar a una mujer de 40 pero que parecía de 60-. La entrevista completa se encuentra en el libro.
(1) Show cuya intención es juntar fondos para una razón especifica.