Entro al camarín como hombre…

Me llamo Juan Carlos(1) y hago teatro. Son varios los años que represento un personaje femenino llamado Marta, la peculiaridad es que este personaje está presente en varios montajes que dirijo y cuyos textos escribo para la Compañía de Teatro Humberstone de Iquique.

Este personaje en el fondo nace por casualidad, cuando se inicia el grupo de Teatro. Éramos sólo cuatro personas, necesitábamos historias, una historia y pronto, todos los niños (actores del grupo) tenían barba y no querían cortársela, entonces con el Aldo (Aldo Prieto) optamos por tomar los papeles (femeninos). En ese tiempo yo hacia la Luisa y él hacia la Marta, pero digamos… no me salía bien de curá, entonces cambiamos los papeles tomé a la Marta y él tomó a la Luisa.

El personaje al principio era débil y se fue armando con el paso de los años, -entonces qué pasa- la Marta le gusta al público y lo pide, es un personaje que le cae bien a los hombres, le cae bien a las mujeres, es un personaje bien rico porque se puede jugar mucho con él.

¿Has hecho también personajes que son travestis?

Claro, la “Lucha”, la “Champan”, pero están en otro contexto, es otro cuento. La Lucha es ná que ver con la Marta, la Lucha es una loca, que las larga no más, es un maricón de barrio, en cambio la Marta es una mujer casada, muy católica, bien señora, pero en el fondo es una puta, es buena pal gueveo, a la Marta le gusta aparentar lo que no es.

¿Hacer personajes femeninos en el teatro local debe haber tenido desafíos, costos y beneficios, verdad?

Más beneficios, en cuanto a la parte mía digamos, a la parte actoral, porque se siente bien que con el paso de los años la misma gente lo pide, la Marta tiene siete obras, sale en siete historias y ahora saldrá en la ultima historia de la Marta que se llamará, “Estamos en crisis”, toca la parte social, política, tiene muchas facetas, como personajes es muy rico y costo ninguno.

Mantener mucho tiempo un personaje femenino me ha hecho sentir las críticas de la gente de teatro, de los medios de prensa, quizás algún tipo de discriminación -al presentar proyectos- al saber que en mis montajes siempre hay personajes que son travestís u homosexuales o el trabajar directamente con los mismos transgéneros.

Mira, cuando yo me inicie en teatro -acá en Iquique- en el 2001, empezamos con la comedia, y muchas criticas, -que en el Humberstone habían puros maricones, que estaba lleno de homosexuales- pero yo trabajo para un público, entonces si al público le gusta, sale contento, yo feliz puh. Yo no trabajo para mí, ni para mis pares, yo trabajo para el público y las críticas del público son buenas. Por otra parte el trabajar con los transgéneros yo sabia el riesgo que corría, porque nadie trabaja con ellos, nadie se atreve a trabajar con ellos por el miedo al que dirán, que los metan en el mismo saco. Unos me dijeron que había bajado de nivel, que como se me ocurría actuar con maricones, o sea en el fondo que no había avanzado. En el fondo soy al revés, si puedo ayudar a otras personas, más todavía a una organización que esta con VIH-sida(2) y si puedo apoyar una causa la voy a apoyar sin ningún problema. Mientras me apoye mi familia, mi señora, mis hijos, lo demás sencillamente me lo meto al bolsillo, no me interesa la opinión de los demás, primero la opinión de mi familia, después del público, eso nomás.

¿En la construcción de personajes femeninos usas los mismos trucos que usan los transformistas?

La Marta es un personaje, una mujer de 40 años… de los senos, digamos por ejemplo me he preocupado, pero no hay ocultación porque siempre usa falda, no hay truco, no hay nada. Con faldas muy ajustadas tengo que usar panty y boxer abajo, pero siempre me preocupo del más mínimo detalle, por ejemplo que tenga panty, las uñas pintadas… preocuparme -en el fondo- que sea una mujer lo que dure la obra, una hora, hora y media. Pasa algo raro con la Marta, el público sabe desde el principio que es un hombre quien hace de mujer, pero ya como a los quince, veinte minutos el público se olvida que es un hombre y se mete en el contexto que es una mujer la que esta actuando y eso es rico puh, no ve a un hombre. Referente al maquillaje, trato que sea lo más sencillo, no muy delicado, más teatral. Esta es parte de la entrevista que se encuentra en extenso en el libro.

(1) Juan Carlos Morfi es director de la Compañía de Teatro Humberstone de Iquique, quienes tienen su sala en el Sindicato de Estibadores ubicada en calle San Martín con Luís Uribe. Desde hace 5 años mantienen una nutrida cartelera que renuevan todos los días viernes a las 22:00 horas.
(2) Agrupación Nefertiti.